El neochamanismo es una corriente surgida en Occidente, sobre todo a partir de los libros de Castañeda, y se diferencia con el chamanismo tradicional, en que no se realizan ciertos rituales o practicas chamanicas que realizan los chamanes de tribus amazonicas, si no que se realizan practicas y rituales "occidentalizados" o adaptados a nuestro modo de vida y cultura actual.
Es un movimiento que combina aspectos específicos del chamanismo tradicional, procedente de diversas sociedades alrededor del mundo, con un nuevo complejo de prácticas y creencias. Muchos neochamanes son individuos en busca de trascendencia, que no suelen afiliarse a organizaciones duraderas o claramente definidas, como las iglesias o los grupos de "culto".
Las ideas de un neochamán son mucho más eclécticas que las de un chamán clásico. Además de las fundamentales, existen muchas otras no necesariamente compartidas por todos los neochamanes, tales como la creencia en la existencia e importancia de las auras y los chakras (centros de energía o de poder en el cuerpo) en la curación y en las actividades de poder. A los cristales y otros objetos de este mundo se les atribuye una esencia espiritual y un poder que puede ser utilizado en la adivinación y la curación. Los guías y los maestros espirituales, así como los animales de poder, son esenciales para tratar con la realidad alternativa. A Jesucristo se le considera un maestro importante, una ayuda espiritual y un curador, independientemente de que se acepte su divinidad como hijo de Dios.
Quizas te ayude a entender mejor el neochamanismo, las palabras que cito Michael Harner, poco despues del accidente de 1986 en la central nuclear de Chernobyl, en la Unión Soviética:
Michael Harner Escribió:
..si las grandes naciones del mundo trabajan día y noche en sus propios cursos intensivos para nuestra aniquilación mutua, no podemos permitirnos ir más despacio en nuestro trabajo en dirección opuesta. La pausada enseñanza que fue posible en las antiguas culturas tribales ha dejado de ser apropiada. Las fuerzas de destrucción nuclear y ecológica avanzan apresuradamente, y también debemos hacerlo nosotros. Es preciso despertar a la gente, o puede que duerma eternamente. Y no sólo es preciso que despierte al conocimiento de la realidad ordinaria, por importante que ésta sea, sino a una comprensión personal, profundamente espiritual, de la interconexión de todo lo existente. Trabajemos unidos y tan rápido como podamos.